Pestiños o Borrachuelos

 
Hoy os traigo otra receta típica también de los dulces de Semana Santa, tradicional de Andalucía. Suelen hacerse para estas fechas y para Navidad.

Estos son los ingredientes que utiliza mi madre, y yo como fiel seguidora, no he cambiado nada, la receta es original de ella. Hasta el nombre de "borrachuelos" me suena a invención de ella, pero así es como les llama, y yo no pienso discutirlo.

Con estas cantidades salen un buen montón de pestiños, depende a cuantos queráis endulzar. Yo no suelo hacerlos muy grandes ya que en casa gustan más pequeños.

Yo he utilizado la panificadora para amasar, pero para hacer la elaboración a mano los pasos son los mismos, no hay que variar nada.

Manos a la masa.

Ingredientes:

• 1 vaso de vino blanco
• 1 vaso de aceite de oliva virgen extra
• Media cascara de una naranja
• 1 cucharada de anís en grano (matalahúva) 
• 1 sobre de levadura
• Una pizca de sal 
• Harina la que admita (unos 400 gr.)
• Azúcar para rebozar

Elaboración:

Ponemos el vaso de aceite en una sartén con la cascara de naranja y freímos hasta ver que sale humo. Le echamos la matalahúva y apagamos el fuego.

Dejamos que el aceite se enfríe y lo colamos. Reservamos.

En la panificadora,  ensaladera o bol grande, pondremos por este orden:

El vaso de vino, el aceite que teníamos reservado y la levadura.

  

Mezclamos bien hasta que vemos como sube. Dará la sensación que estamos batiendo gaseosa…  

Añadimos la  harina poco a poco, sin pasarnos, hasta que tengamos una masa suave que no se pegue a los dedos.

 

Estiramos la masa con un rodillo, dejándola muy fina y vamos cortando cuadrados.

Juntamos una esquina con otra, apretando bien con los dedos para que al freír no se suelte y se abran. Ponemos abundante aceite de oliva en una sartén y cuando esté bien caliente, vamos echando los pestiños y freímos hasta que estén dorados.

Los ponemos en un plato o bandeja, sobre papel de cocina para que absorba el aceite y los rebozamos en azúcar.

Espero que os gusten. Y un consejo... dejar que se enfríen bien, que hay algunos que por la ansia...  ¡Se han quemado!